El problema de la elección presidencial no se centra en los partidarios de Calderón, Madrazo o López Obrador, sino en los indecisos. Esos segmentos que aún no están comprometidos con ningún candidato, partido o posición política. ¿Qué buscan? ¿Qué los podría convencer? Creo que no podría dar una respuesta certera a cada una de estas preguntas. Pero si puedo dar algunos ejemplos del votante indeciso.
En principio, para entender este tipo de votante y tratar de convencerlo me parece que debe segmentarse, le propongo tres segmentos clave:
1. El apático. El más problemático, no quiere saber nada de política y no quiere votar por nadie. Está desencantado y odia todo lo relacionado con políticos y política.
2. El absolutista. “Sino están conmigo, están contra mi” sería su lema. Buscan absolutos completos por eso ningún candidato los satisface, diríamos que son fundamentalistas y ultraconservadores. Es difícil convencerlos por que su punto débil es la ideología.
3. Los atrasados. Son los más vulnerables por que desean un cambio pero no saben con quién o por donde, en sus preocupaciones lo último que les interesa es la política, por eso son los que van a votar al final o los que lo hacen por la moda o seguidos de los consejos de familiares y amigos.
Podríamos hablar de más segmentos y ponerles características propias, pero no alcanzaría este espacio, lo cierto es que requerimos un estudio más profundo de los indecisos en México; conocer sus motivaciones, sus problemas, sus aciertos y errores para poderlos comprometer en las campañas electorales.
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