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Green book: Una amistad sin fronteras.

Normalmente no soy de la misma opinión que la academia que entrega los premios Oscar en Hollywood. Me da la impresión que se guía por intereses políticos para enviar un mensaje, o bien por cuestiones económicas para fortalecer su industria. También no debo negar que me hubiera gustado mucho que la cinta de Alfonso Cuarón, Roma, se alzara con la victoria y se convirtiera en la mejor película del año.
Pero es que no había visto Green book hasta este fin de semana y debo reconocer que en efecto es la mejor película del 2018. También mencione en su momento que la cinta en honor a Freddy Mercury estaba entre mis favoritas y creo que ha ganado merecidamente algunas estatuillas que reconocen la edición y la mejor actuación con Remi Malek, aun así, creo que Green book es la mejor película del momento.
Y lo digo por que es una cinta que logra el equilibrio en todos sus elementos. Para empezar con sus dos actores: Mahershala Ali y Viggo Mortensen sus actuaciones son impresionantes. Mahershala Ali encarna al pianista de color, Don Shirley y le da una frescura sin igual, una frialdad y un valor pocas veces visto. Aunque ya es un actor experimentado y quien hace dos años ya había recibido nominación por su trabajo en Luz de Luna (2016), ahora se corona con este gran éxito.
Pero el que más  sorprende es el notable Viggo Mortensen, quien no lo recuerda como el formidable Aragorn en la serie de cintas de El señor de los Anillos y recientemente en Capitán Fantástico (2016), ahora su interpretación de Tony Lip, un Italo-americano, lo hace simplemente formidable. No solo adopta su lenguaje, sino sus posturas y ademanes rudos y maleducados. Hay quienes lo ven sobre actuado, pero a mí me parece que hizo justo el papel que tenía y debía hacer.
Esta pareja de actores permite que la cinta gire a su alrededor, en sus diálogos, en su historia, en su vivencia  basada en su propia vida. Otro aspecto es la música, que sin duda juega un papel preponderante al ser un pianista talentoso y hasta genial, pero quizás lo que más llamó mi atención fue la ambientación. El diseño de vestuario y de escenografías que nos remiten a los años sesenta es asombroso; recordar viejas marcas, ver las calles, los autos, la ropa de las personas etc. Todo cuidado al detalle  para hacer destacar a los actores y sus diálogos.
Al final he dejado el guion por que me parece central reconocer que es una historia circular, cierra por todos los ángulos, cuida todos los detalles que vemos desde un principio y que les da un final muy concreto: el de una película al estilo feel good movie, para hacernos sentir bien y salir de la sala resueltos, descansados y felices por haber elegido esta cinta.
Creo que el director Peter Farrelly y la producción de Octavia Spencer hicieron una gran mancuerna y lograron un resultado sumamente positivo. Me alegro de que Hollywood no se fuera por las películas taquilleras de manufactura dudosa, sino que busque impulsar el arte y generar buen cine. Claro que me hubiera gustado ver a Roma en este lugar, pero la experiencia actoral de Mahershala Ali y Viggo Mortensen no se compara para nada con Yalitza ni con Marina, los años que llevan haciendo cine y la carrera de estos actores de Hollywood también debe ser reconocida y valorada.

En suma, si bien la cinta tiene un fuerte contenido político por que sigue refiriéndose a la discriminación racial, a esa vieja herida que sigue doliendo en el corazón del norteamericano, no por ello deja de contar una historia simple pero potente y advertirnos de la tolerancia – en estos tiempos tan intolerantes – y donde se busca premiar la amistad y los valores como la lealtad y el amor. Si no la ha visto, no debe perdérsela y ahí entenderá por que se llama el libro verde.

Published inCinéfilo

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